Por Sheila Morataya-Fleishman
Su nombre originalmente fue Agnes Bojaxhiu, Estoy segura de que si no sabes nada de la vida de esta gran mujer, después de leer este corto artículo querrás saber más sobre ella. Pero ¿quién era esta mujer? Y ¿qué fue lo que hizo para iluminar el mundo? Fue en el año 1937 cuando Agnes hizo su profesión ante Jesús y tomó el nombre de Teresa. La hermana Teresa al pasar de los años sería conocida como la Madre Teresa de Calcuta y la fundadora de Las Misioneras de la Caridad, cuya misión es ayudar a los más pobres de los pobres en el mundo.
La Segunda llamada
Un día del año 1946 y mientras viajaba en un tren rumbo a Darjeeling, la Madre Teresa, en un momento de oración llegó a la siguiente conclusión: “ estoy consciente de que mi llamado es en este lugar del mundo y tengo que dejar el convento(Loreto) para consagrar mi vida al servicio de los más pobres viviendo entre ellos”.
Al ser enviada a Calcuta para enseñar geografía a las niñas de la clase acomodada la Madre Teresa se encontró ante una devastadora realidad, los barrios bajos de Calcuta estaban llenos de niños que eran tirados a la basura, leprosos y desamparados. Abandonar Loreto para ir en alivio de otra realidad fue el sacrificio más grande, aún más que dejar a su propia familia para seguir su propia vocación. “ Pero tuve que hacerlo. Era una llamada. “Sabía a donde tenía que ir pero no como llegar ahí”. Nos muestra esta gran mujer que la oración es el arma más poderosa que existe para descubrir y encontrar la llamada, la misión personal que cada uno tiene en el mundo.
La Madre Teresa tenía su agenda tan apretada como la de cualquier mujer ejecutiva en alto rango, sin embargo, antes de iniciar sus labores se pasaba horas interiorizando aquello que Dios le pedía. Su fuerza, su vigor, su pasión por los pobres llegó a ser tanta que empezó a ser llamada la Santa de los Pobres.
Cuando algo es de Dios.
Muy poco tiempo después de dejar Loreto, alguna de sus estudiantes ahí le ofrecieron “seguirla”. ¿Qué debe de haber en otra mujer para que otras quieran seguirla? Sinceramente pienso, que es su capacidad para transformar vidas y esto, la Madre Teresa ya lo estaba haciendo entre los pobres que nadie quería. ¿Quién de nosotras es capaz de inclinarse ante un ser humano lleno de suciedad y mal olor para acariciarle la mano? ¿Tú te atreverías a caer de rodillas pasar al lado de un anciano cuyas heridas saturadas de gusanos te piden auxilio? ¿Serías capaz de limpiar y besar sus heridas y sobre todo “descubrirle” que es tan digno como tú? No lo sé. Pero lo que se es que Teresa de Calcuta si lo hizo. Y así con este pequeño grupo de seguidoras y sin pensarlo tanto fundo la orden “Misioneras de la Caridad”- o en otras palabras “mensajeras del amor de Dios por los desamparados, aquellos a los que la sociedad “no mira”.
La importancia de las metas
La Madre Teresa estaba muy clara en cuanto a sus metas: amar y servir a los pobres mirando a Jesús en ellos. Orar intensamente para encontrar las fuerzas para servir con amor verdadero. Hacer un trabajo intenso pero Escondido siempre de cara a Dios y para Gloria de Dios. Amar y servir, orar; trabajar para hacerse santo, ¡cuánto nos puede enseñar esta gran mujer de Dios! Una de las tantas historias que tengo para contarte sobre ella es la siguiente: Un día mientras Madre Teresa caminaba alcanzó a ver una mujer agonizando al lado de una cuneta.
Inmediatamente quiso aliviar el sufrimiento de esta mujer ofreciéndole una cama – para poder morir con dignidad- la llevó con ella. Este acto de misericordia de la Madre Teresa la llevo a abrir la Casa para los moribundos(Home for the Dying) in Agosto de 1952, llamada Nirmal Hriday (Casa del Purísimo Corazón). Sirviendo y amando así a los pobres de los más pobres, Dios mismo le abría los caminos y hacia que sucediera todo aquello que estaba dentro de sus metas humanas. Dominique Lapierre testigo de este acto, le expresará a la Madre Teresa más tarde: “esto que usted ha hecho, yo no lo hubiera hecho ni por todo el oro de este mundo- ni yo tampoco- fue su respuesta”. Y tu amiga, ¿tienes metas para Dios? ¿Cómo amas y sirves a los pobres de tu país? ¿Cuándo te ofreces a cocinar para ellos? ¿Los tienes presentes en las navidades? ¿Has experimentado lo que se siente abrazar y limpiar a un pobre que nadie quiere? Si no lo has hecho, te invito a que seas valiente y lo hagas.
Y los premios del mundo llegaron.
Es increíble lo que esta pequeña mujer con su diminuta estatura física llegó a lograr con el poder de la humildad que la caracterizaba. Ella se auto nombraba “un lápiz de Dios”. A veces -solía decir- la gente tiene hambre más que de pan. Es posible que tus hijos, tu esposo, tus amigos, no tengan hambre de pan, que no necesiten ropa, o tengan necesidad de una casa. Pero hay un tipo de hambre más fuerte que aquella otra, el hambre de sentirse abandonado, rechazado, necesitado de amor. Eso también es vivir en la pobreza. Fueron reflexiones y actos tan profundos como este los que la llevaron a hacerse acreedora de premios como el Premio Padmashree (Loto Magnífico) en Septiembre de 1962 por su trabajo entre los pobres. En 1971 el Papa Paulo VI la honró con el primer Premio Juan XXIII de la Paz. Al año siguiente, el gobierno de la India le entregó el Premio Jawaharlal Nehru de la Comprensión Internacional. En 1979 recibió su más grande lauro: el Premio Nobel de la Paz. La Madre Teresa aceptó todos estos premios en nombre de los pobres, usando cualquier dinero recibido para fundar sus centros. Para 1990, más de 3000 monjas pertenecían a las Misioneras de la Caridad, ocupándose de centros en 25 países.
Dios y ella hicieron un trato
En una entrevista publicada en 1996 por la revista brasileña Sin Fronteras, le hicieron una pregunta muy interesante a la Madre Teresa, “¿No se cansa de que le tomen tantas fotografías?” A lo que respondió: "Considero eso un sacrificio y también una bendición."Dios y yo hicimos un trato: por cada foto que me toman, él libera un alma del purgatorio... Yo creo que, a este ritmo, en breve el purgatorio va a quedar vacío.Viajar por el mundo rodeada de tanta publicidad es cansado y duro. Pero yo utilizo todo lo que se me presenta para la gloria de Dios y el servicio a los más pobres. Es preciso que alguien pague ese precio. Este ejemplo de entrega de mujer consagrada a Dios nos puede servir a ti y a mí amiga para considerar seriamente ofrecer todo aquello que nos disgusta o molesta por amor a Dios. No es mala idea considerar también todo lo que podemos hacer los que estamos en el mundo por las benditas almas del purgatorio.”
El día que el mundo se quedó sin una gran mujer.
“No puedo respirar", dijo Teresa de Calcuta, poco antes de morir, al doctor que acudió a atenderla, pero no pudo salvar su vida. Era el viernes 5 de septiembre de 1997. Apenas unos días antes, había cumplido 87 años.
Su muerte generó una cadena de reacciones de dolor. Estadistas y líderes políticos y religiosos coincidieron en destacar que el mundo se quedaba huérfano con la desaparición de la máxima abogada de los pobres, a quien no muchos dudan en calificar de "santa".
Uno de los más expresivos fue el presidente francés, Jacques Chirac: "esta noche en el mundo hay menos amor, menos compasión y menos luz", La Madre Teresa de Calcuta tenía la costumbre de decir que la obra de su vida tan solo era "una gota de entrega en un océano de sufrimiento". Pero, agregaba luego, "si esa gota no existiera, la mar la echaría de menos". Ahora el mundo sabe cuánta razón había en sus palabras.
Día de la Inspiración.
Cada 10 de septiembre, las Misioneras de la Caridad celebran el llamado "Día de la Inspiración". Un día como ese, hace 53 años, la Madre Teresa recibió "la llamada de la llamada" y decidió dedicarse a los abandonados y moribundos de los suburbios de Calcuta. Tú si quieres, puedes elegir un día de la inspiración dentro de tu semana para hacer algo diferente y único por el mundo. Tu día de la inspiración puede consistir en: amar específicamente a un pobre;Reconciliarte con una amiga; ordenar con tus propias manos tu casa; no discutir por ese día con tu esposo; alimentar al pobre espiritualmente con tus actos.
Cada vida, y cada vida familia, debe ser vividas honestamente. La vida es una oportunidad, solía decir la Madre Teresa “aprovéchala”; la vida es Vida, defiéndela. Si queremos imitar a Jesús decía, no hay amor sin sufrimiento... el verdadero amor hace sufrir. Cada vida, y cada vida familiar, deben ser vividas honestamente. Eso supone muchos sacrificios y mucho amor. Pero, al mismo tiempo, esos sufrimientos van siempre acompañados de mucha paz. Que la Madre Teresa, mujer de nuestro tiempo te ayude a redescubrir la grandeza del amor que reside en ti y posees para dar al mundo.