Un centenar de académicos de la Universidad de Sidney, Australia, han sido avisados que podrían perder sus trabajos por no publicar con la suficiente frecuencia. Aparentemente la razón de esto es que los funcionarios de la universidad están buscando recortar gastos para poder pagar los nuevos edificios y las mejoras a los ya existentes dentro de la institución.
A los académicos amenazados, se les informó que sus posiciones estaban siendo eliminadas porque no habían publicado al menos cuatro veces en los últimos tres años. Dijo Michael Thomson, del Sindicato Nacional de Educadores. No se ha aclarado a qué ramas de la ciencia pertenecen los académicos amenazados.
A otros 64 académicos se les dio la posibilidad de elegir entre salir de la universidad o quedarse solamente en la parte de la enseñanza. De acuerdo al periódico The Australian, cerca de 200 posiciones administrativas también se perderán dando un total de 340 bajas de un staff de 7500 personas.
La universidad busca justificar sus cortes presupuestales porque quieren cubrir una falta de ingresos de estudiantes en el verano. En lugar de obtener 828.1 millones de dólares (2011), la universidad solamente obtuvo 792.3 millones y las predicciones financieras es que esta tendencia a la baja continuará. “Como nuestro ingreso planeado se sigue reduciendo, hay presiones por las necesidades de gastos que tenemos”, dijo la universidad en una declaración pública.
Esto ha dejado al staff de la universidad absolutamente furiosos. En una declaración del sindicato de académicos, se rechazan los cortes indicando que lo que pasa realmente es que la universidad está haciendo nuevos edificios y que busca con estos cortes pagarlos. El sindicato también acusó a la administración universitaria de no consultar con su staff sobre estos asuntos cuando se avisaron por primera vez en noviembre del año pasado: “no hubo ningún tipo de reconocimiento a la retroalimentación dada por los sindicatos y el staff”, dicen.
El sindicato busca ahora un litigio formal con la universidad. Una junta del staff está planeada para la primera semana de marzo, el inicio del año académico. Así pues, nadie está a salvo de los recortes. La pregunta es si las exigencias académicas no cumplidas por los académicos son suficiente argumento para recortarlos de la nómina. La academia también sufre muchas veces por problemas financieros. No será la primera vez, ni la última.
Fuente: Nature
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