28 de julio de 2009

Una Posibilidad Escalofriante





El calentamiento del planeta podría sumir a Norteamérica y a Europa en una congelación profunda, probablemente en sólo unas pocas décadas. Esta es una teoría que va ganando credibilidad entre muchos científicos que estudian el clima.

La descongelación del hielo marino que cubre el Ártico podría alterar o incluso detener las grandes corrientes del Océano Atlántico. Sin el inmenso calor que proporcionan estas corrientes marinas — comparables a la producción de energía de un millón de centrales nucleares — la temperatura media europea podría descender de 5 a 10 grados centígrados (9 a 18 grados Fahrenheit), y algunas zonas de Norteamérica se enfriarían sólo un poco menos. Este cambio en la temperatura sería similar a las temperaturas medias del planeta hacia el final de la última era glacial, hace aproximadamente 20.000 años.

La retracción del hielo del Ártico entre 1979 y 2003, con base en los datos recolectados por el Dispositivo de imágenes de sensores por microondas (Special Sensor Microwave Imager, SSMI) del Programa de Satélites Meteorológicos del Ministerio de Defensa (Defense Meteorological Satellite Program, DMSP) estadounidense.

Algunos científicos creen que este cambio en las corrientes marinas puede surgir pronto, de un modo inesperado — en un período de tiempo tan corto como de 20 años — según Robert Gagosian, presidente y director de la Institución Oceanográfica Woods Hole. Otros dudan que esto llegará a ocurrir. Aun así, el Pentágono ha tomado nota.

Andrew Marshall, un planificador veterano del Ministerio de Defensa, presentó recientemente un informe no confidencial que describía cómo un cambio en las corrientes marinas en el futuro próximo podría comprometer la seguridad nacional.

“Es difícil predecir qué pasará realmente”, advierte Donald Cavalieri, científico pricipal en el Centro Goddard de Vuelos Espaciales de NASA, “puesto que el Ártico y el Atlántico Norte.

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